jueves, 9 de diciembre de 2010

Cuando el árbitro incide en el resultado

Almagro 1 (Acosta) - Atlanta 2

Luego del reportaje realizada al técnico Mario Rizzi el jueves pasado en Ezeiza, a este comentarista le había quedado fija la frase del técnico “es el broche de oro” refiriendose al enfrentamiento con el puntero del Torneo, Atlanta.
Asía que con mucha expectativa nos ubicamos en el sector asignado a nuestro medio partidario, la platea visitante, la cual aprovechamos a expresar estaba mayoritariamente por no decir en su totalidad, con personas afines al visitante.
Almagro presentaba en el campo lo mejor que tenía – excepción de los lesionados Lanaro y Farías, que tienen aún para rato, y en el banco de suplentes Burzak) -, volviendo a la titularidad Giambuzzi (5) y Suigo (6).
Almagro empezó con toda la vibración, y de entrada nomás un pase en profundidad permitió el centro de Acosta (6) y Bonfigli (6), entrando por el segundo palo la cruza de cabeza al palo contrario obligando a una salvada espectacular del arquero rival.
Atlanta de a poco lo fue emparejando merced a una atildada traslación de pelota, y empezaba a mostrar sus uñas en especial con centros originados en infracciones cobradas por el árbitro en la zona cercana al área local.
En una escapada de Bonfigli por la izquierda es barrido por un defensor, en jugada dudosísima para cobrar adentro o afuera del área.
El árbitro – Suarez (mal) – también empezaba también a mostrar sus uñas. Cobró la jugada afuera y no amonestó al jugador de Villa Crespo. Del tiro libre se encargó el Diego con remate que se fue elevado sobre el horizontal.
Tras cartón el árbitro se despachaba con dos amarillas consecutivas, una contra Palavecino (6) por una fuerte infracción desde atrás, y Livramento por un foul que ni siquiera lo fue.
Avisaba el puntero cuando en un mano a mano entre Soriano y Pave (5), Giambuzzi y Palavecino alcanzaban a pellizcarle la bocha al delantero antes de que rematara, en una jugada de mucho riesgo.
Almagro intentaba por la derecha con un buen juego asociado entre Acosta y Suigo, y en tres ocasiones los centros al área para Bonfigli terminaban en infracciones a Emiliano – todas dentro del área – que Suarez ignoraba increíblemente.
Mientras tanto Atlanta se acercaba ahora mucho a raíz de sucesivas infracciones cobradas por el árbitro, muchas de las cuales nos dejaban dudas, mientras no aplicaba la misma severidad en idénticas situaciones sobre los hombres del local.
En una de las tantas pitadas de Suárez a favor del bohemio, y tras un córner desde la derecha el cinco visitante apenas conectó con la punta del botín un centro mal ejecutado y desvió la pelota al segundo palo, carambola y adentro. Uno a cero.
El partido ya entraba en un terreno cercano a lo aburrido en donde ambas formaciones se repartían las imprecisiones y errores.
Buscó Almagro y logró el empate con más fuerza que fútbol cuando en un córner y tras un rechazo Giambuzzi mandó un buscapié que desvió en el primer palo Acosta de puntín. Decretando el empate.
Cuando todos esperábamos a un Almagro lanzado a buscar la ventaja fue el bohemio que aprovechó una salida a destiempo de Pave para mandar un centro al área chica que conectaron los bohemios y que en primera instancia pudo rechazar sobre la línea Iglesias (5) y en la segunda intentona Soriano de cabeza la mandaba al fondo del arco.
Almagro sintió el golpe, Rizzi (6) también y mandó a precalentar a Burzak (4) que luego entraría en lugar de un Ortiz (4) que no tuvo casi contacto con el balón en los primeros cuarenta y cinco minutos.
En otro ataque Suigo de cabeza sobre la línea evitaba el tercero.
El descanso encontró al bohemio con una leve ventaja en las acciones y una diferencia de un gol arriba de un Almagro que sobre el final empezaba a mostrar signos de cansancio, en especial de parte de Madrid (5), con un muy buen trabajo en el corte y la distribución de Livramento (7), con un Diego (5) intermitente con sus habituales pinceladas y un balance sumamente negativo de la actuación del árbitro.
En la segunda etapa empezó Burzak a trabajar el lateral derecho en lugar de Ortiz, pero se mostró sumamente errático en los pases.
Almagro mostraba cada vez más las huellas del cansancio en muchos de sus jugadores, mientras Atlanta se mostraba mucho más entero físicamente haciendo circular la pelota en una serie de jugadas muy bien hilvanadas por la derecha especialmente, pero sin la profundidad necesaria para aumentar el marcador.
Soriano en una la tiró de emboquillada y la pelota rebotaba en el travesaño.
El partido transcurría y el visitante justificaba con su juego su triunfo parcial mientras ya Almagro no podía mantenerle el ritmo al puntero.
La tribuna local exigía más entrega, y el plantel la empezó a batallar con lo último que le quedaba.
Con mucho más amor propio que ideas el tricolor con las entradas de Murillo (7) y Juan Pablo Gómez (5) que reemplazaron al agotado Madrid y Acosta, empezó a llegar hasta dentro del área del bohemio.
Primero fue Richard que llegó hasta el fondo, enganchó hacia adentro y de zurda la mandó al primer palo debiendo echarla con lo justo al córner el arquero.
Luego el Diego probaba al arquero desde 25 metros, quien daba rebote pero ninguno llegó a anticipar la segunda instancia del arquero.
Almagro atacaba por la derecha, Murillo, Suigo, Burzak se mandaban pero equivocadamente le mandaban el centro de altura a Bonfigli, marcado por tres defensores.
Allí se equivocaba el local, ya que ese no era el camino, es cierto que el visitante presentó una muy buena defensa y lo obligó a esto, pero Almagro no encontró otras variantes.
Bonfigli en una contra obligaba con un remate que encontraba una mano de un defensor en el camino y dentro del área, pero Suárez otra vez ignoraba la jugada y no cobraba penal.
Atlanta se encontraba ya en apuros e invalidaba las jugadas con infracciones que lo dejaron con 10 por expulsión de uno de sus hombres.
A pesar de ello en un final de ida y vuelta pudo haber aumentado el marcador así como también pudo perder sus ventajas ante el constante ataque tricolor.
Las oportunidades el tricolor las pudo encontrar, a pura garra, sobre el final del encuentro pero tanto Suárez como sus colaboradores estaban en una noche en donde se equivocaron bastante y siempre a favor del visitante, ya que en una jugada clarísima Bonfigli logró escapar a su marcadores, encaró y tras un rebote, penal no cobrado para dar la ley de ventaja que se transformó finalmente en gol para Almagro, y que decidieron cobrar fuera de juego del atacante tricolor invalidando el empate de Almagro.
Lo sufrimos a pesar de que las cámaras de televisión repetían la jugada afirmando la validez del gol, la impotencia del banco de suplentes, los reclamos de los jugadores, y la indignación de nuestra parcialidad ante tamaña injusticia.
Almagro dio en el campo de juego lo máximo que podía brindar y debió llevarse el empate. Hasta allí lo lograba con amor propio ante un muy buen equipo, demostró falencias en el aspecto físico, mucho cansancio, seguramente producto de una preparación de base (pretemporada) que no se realizó, pero no alcanzó.
Almagro está para superarse si soluciona estos problemas, y seguramente peleará otras cosas.
Está encaminado en la buena senda, por ratos juega bien, le está agregando clamor propio necesario, persiste en falencias de juego aéreo que deberá solucionar, pero mantiene el espíritu y las ganas de triunfar sobre el rival que le toque, y en el lugar que sea.
El sábado ante San Telmo veremos si podemos ganar de locales.
Hasta el sábado

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